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Nuevo rostro. Nuevas rutas. Nuevas formas

A lo largo del devenir humano, el rostro de la esclavitud se ha metamorfoseado. Junto con los cambios en los patrones sociales, el concepto y la práctica de este antiguo mal, se ha adaptado sugiriendo novedosas e inimaginables formas. Por lo mismo han variado las rutas internacionales de traslado de personas destinadas a la explotación. Si bien en Occidente la esclavitud fue abolida oficialmente en el siglo XIX, no fue hasta 1962 que ocurrió en la Península Arábiga, y en 1980 en Mauritania, país africano cuya historia está ligada al dominio del Imperio Romano en ese continente. Esto indica que aunque en el pensamiento occidental contemporáneo resulta escandalosa la idea de la existencia de esclavos en la actualidad, lo cierto es que cuando el rock y el pop ya movían grandes multitudes, todavía existían estados cuyas leyes apañaban los métodos más arcaicos de esclavismo. También da a entender que en la historia de la humanidad la esclavitud es una constante, que se ha diversificado y multiplicado, permitiendo que en las diferentes épocas convivan disimiles variantes de esta enajenante industria. Y que así como en otros tiempos su aceptación por parte de la sociedad era la principal traba para la definitiva abolición, la ignorancia de su supervivencia hoy día es el principal estímulo para que continúe creciendo.

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