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Peter Loth, sobreviviente del Holocausto

(Peter Loth -izquierda- junto al pastor Leonardo Cabrera, a propósito de su visita a la Iglesia Hispana Jesucristo El Buen Pastor, de Kansas City, Missouri, el 17 de abril de 2009)

En tiempos en que todo es posible, hasta que un obispo católico niegue públicamente la veracidad del Holocausto o que un colega suyo de menor rango se presente delante de la feligresía luciendo los atributos nazis, Peter Loth predica el perdón a partir de su experiencia como sobreviviente de un campo de concentración.
La suya es una historia de dolor profundo, de desgarramiento del alma. Sin embargo, cuando la narra no busca la conmiseración del auditorio y, mucho menos, la exacerbación del odio contra quienes tanto daño hicieron al pueblo judío y, por ende, a la humanidad. Su plática es la de un hombre resurgido del destrozo para perdonar a través de Cristo a los asesinos de sus hermanos.
Loth nació prisionero en el campo de concentración de Stutthof, primero creado por los nazis fuera del territorio alemán. En una de aquellas barracas atestadas de mal nutridas personas, vio la luz y vivió los primeros años de su vida. La madre tenía tres meses de embarazo cuando fue hecha prisionera, la criatura sobrevivió gracias a su elección como conejillo de Indias.
Una fotografía de entonces lo muestra con una carga de tristeza indescriptible en su infantil rostro, y un cuerpecito endeble que da la impresión de fracturarse al menor movimiento. La imagen de la madre se siembra en la memoria: una osamenta cubierta por una piel sin el menor síntoma de vida, unos ojos hundidos en las cuencas como pies dentro de zapatos extragrandes.
La derrota del nazismo lo sorprendió en un atestado tren camino hacia Auschwitz. Pero ese no fue el fin de su sufrimiento, a partir de ahí comenzó una nueva etapa de humillación. Cuando fueron abiertas las puertas del vehículo, todos salieron en desbandada. Su madre, sin fuerzas para correr, lo encargó a una mujer polaca que encontró en una estación ferroviaria.
Con la madre adoptiva vivió en Polonia hasta entrada la adolescencia. Tiempo durante el que siguió sufriendo por ser judío, ahora a manos de los soviéticos. Y este es un detalle histórico que me habían escamoteado: los soldados comunistas odiaban a los hijos de Israel tanto como los nazis y no se cansaban de maltratarlos.
Son muchas las increíbles historias que brotan de la memoria de Loth: la obligación de estudiar en escuelas separadas y con uniformes diferentes de los demás niños, la prisión en una cárcel para menores, la reclusión en un orfanato, e, incluso, la decapitación de los chicos judíos de la que se salvó por la intervención de la madre polaca, quien hubo de pagar por años al soldado ruso con su cuerpo.
Cuando finalmente pudo reunirse con la verdadera madre, se la encontró casada con un soldado negro norteamericano, y con dos hijas mestizas. Al reencuentro concurrió con gran carga de odio, sentía que la progenitora lo había abandonado. Para colmo él hablaba polaco y ruso, mientras que la mamá alemán e inglés. Sin embargo, cuando ella le mostró su cuerpo mancillado, repleto de las huellas del campo de concentración, no pudo más que echarse en sus brazos y reconocer que el sufrimiento era común.
En los Estados Unidos experimentó la discriminación racial en Georgia, de donde era oriundo el padrastro. Los negros lo rechazaban por ser blanco, los blancos por tener una familia negra. Terminó por escapar del hogar y no volvió a saber de los suyos hasta pasados 40 años, cuando ya había conocido a Jesucristo.
Actualmente Peter Loth es pastor de Forerunner Ministries Internacional, Inc., en Florida, y se dedica a viajar por el mundo dando a conocer su historia y la manera en que Dios le dio un corazón perdonador por aquellos a los que antes odiaba. Su testimonio aparece en el libro Peace by Piece, escrito por Sandra Kellog. La dirección de la página web de su ministerio es: http://www.forerunnerministries.org/. Sobre el campo de concentración de Stutthof pueden encontrarse datos en: www.jewishgen.org/ForgottenCamps/Camps/StutthofEng.html.

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