YUSUF ADSOY: "ESCRIBIR ES EL SENTIDO DE MI VIDA"
AUTOR DE “TRES MUJERES, TRES HISTORIAS”, EL ESCRITOR TURCO YUSUF ADSOY ES TAMBIÉN EMPRESARIO Y EMPRENDEDOR. AL VERSAR SOBRE EL TEMA DE SU LIBRO, ESTA ENTREVISTA REVELA SU PROFUNDO HUMANISMO.
Yusuf Adsoy es un escritor, empresario y emprendedor turco, que también es un gran amigo mío. Tenemos comunicación hace más de tres años, aunque nos conocimos en persona el verano pasado, a propósito de mi segunda visita a Mersin, la ciudad frente al Mar Mediterráneo donde vive. Considero ese suceso como uno de los más significativos para mí en 2024. Entre otras cosas, contribuyó a darle mayor trascendencia al regreso a sitios que había descubierto en 2021.
Me gusta narrar cómo ocurrió este encuentro, que no estaba planificado, pero tampoco fue fruto de lo que solemos llamar casualidad o coincidencia. Después de unos dos años de intercambio fluido por Instagram, nuestra conversación se enfrió e interrumpió repentinamente. Recuerdo que fue poco después de los terremotos que asolaron el sureste de Turquía, en febrero de 2023, causando gran devastación y pérdida de vidas. No obstante, cuando planificaba mi itinerario para el verano de 2024, traté de contactarlo, lo cual resultó imposible.
Mis dos primeras semanas en ese país me llevaron por sitios inolvidables, como participante en The Nicaea Pilgrimage Tour (10-22 de junio), organizado por Tutku Educational Travel, una agencia especializada en turismo educativo relacionado con sitios y temas bíblicos. Terminada esa experiencia y luego de algunos días en Estambul, tomé un vuelo hacia la ciudad de Adana, donde compartiría con otro gran amigo que conocí en mi primera visita, y preámbulo de mi llegada a Mersin, donde me hospedaría en el mismo hotel que tres años antes e, igualmente, saludaría a queridas amistades.
Ese día en Adana, sorpresivamente, me llegó un WhatsApp de Yusuf preguntándome si yo estaba en Turquía. De inmediato le especifiqué mi ubicación, a apenas una hora de distancia de él. Y acordamos vernos al día siguiente, en el Sahil Marti Hotel, de Mersin. Allí, por la noche, en una pausa de su repleta agenda, llegó a saludarme junto con otros dos amigos, miembros de su equipo de trabajo. La conexión fue inmediata, como si nuestra amistad datara de toda la vida.
Por tres días pudimos compartir en los huecos que él hacía en su cotidiana ocupación. El primero, justo después de conocernos en persona, me invitó a su restaurante, el Keyfi Meze, frente a una de las playas más populares de Mersin. El segundo, me dedicó y regaló su libro “Tres mujeres, tres historias”, el cual motivó esta entrevista. Y el tercero, me introdujo en su negocio de mercadeo en red (network marketing).
C.M.P.: “Tres mujeres, tres historias” es tu segundo libro. ¿Puedes hablar del primero: dónde fue publicado, cuál es su género y tema? /
Y.A.: Mi primer libro, “La última pelea” (The Last Scramble), fue publicado por Yason Publishing, en Ankara. Es una novela dramática de 387 páginas, y cuenta la historia de dos amigos de la infancia, que pasan dificultades como resultado de amistades equivocadas mientras intentan hacer realidad sus sueños. Al final, logran el éxito al remodelar sus conductas para vengarse. Se trata de un drama emocional, que muestra que el camino hacia el éxito puede generar un cambio poderoso en la vida de las personas, aunque a veces tenga efectos negativos.
C.M.P.: ¿Por qué te decidiste por el tema de la mujer para escribir tu segundo libro? /
Y.A.: Vivo en la República de Turquía, donde las mujeres han sido históricamente oprimidas. Cuando miramos el transcurrir del país, apreciamos que muchos han sido oprimidos, desde los períodos del Gran Seléucida y Otomano hasta hoy. Sin embargo, cuando evaluamos esto en términos de género, mujer significa dolor. La geografía es el destino y el dilema de Turquía. No somos ni enteramente Medio Oriente, ni enteramente Europa. Somos tanto Medio Oriente como Europa. Por lo tanto, como gente de un lugar atrapado en este limbo, cada mujer en realidad simboliza una lucha. Por eso, he tenido cuidado de priorizar la representación femenina en las historias que tratan sobre la lucha.
C.M.P.: Las tres historias del libro están basadas en hechos reales, ¿cómo tuviste conocimiento de ellas? /
Y.A.: Durante años viví lejos de mi familia. No estaba solo físicamente, sino solo entre la multitud. En los períodos en los que me abría a la gente, quedaba muy impresionado por las historias que escuchaba. Estar en países de Medio Oriente, en un determinado período de mi vida, me proporcionó más conocimiento de estos temas. Sí, lo que escribí está basado en hechos reales. Porque en estas tierras hay acontecimientos legendarios que escuchamos de boca en boca. Son tales que, aunque no los hayas vivido, empatizas como si los hubieras vivido en persona. Y tuve especial cuidado en elegirlos para mi libro.
C.M.P.: Confieso que lloré casi sin consuelo al leer “Tres mujeres, tres historias”, ¿por qué decidiste hacer esos relatos con tanto realismo y crudeza? /
Y.A.: Gracias por tus sinceras palabras. ¿Decir dolor no es realmente decir la verdad? El dolor es una emoción que existe dentro de esa realidad, y expresarlo de manera pura a menudo significa revelar violentamente el dolor interior. Pensé que si escribía historias que contenían dolor y lágrimas, debería transmitir ese sentimiento. Quería que el lector sintiera la angustia en las líneas. Estas no son simples historias, tienen el propósito de que quien las lea comprenda los sentimientos y el dolor.
C.M.P.: Pero esas historias igualmente tienen un mensaje de resiliencia y perseverancia, ¿acaso es el verdadero mensaje que pretendes transmitir? /
Y.A.: Sí, efectivamente. Una persona no puede ver la cima sin ver la base. Como dijo el legendario poeta Mevlana Rumi: "Mi vida se ha puesto patas arriba". Pero ¿cómo podía saber él que al revés no era más hermoso? Cuando miramos las vidas de los exitosos, la mayoría tienen un dolor o una caída detrás. En ese momento de la caída, comienza el salto. Una persona aprecia lo bueno cuando ve lo malo. Esto nos lleva a un proverbio: "Los mares no pueden calmarse sin las olas". La vida humana, al igual que el mar, no puede experimentar la belleza sin las olas, sin sufrir y pagar el precio. Tal vez sea por eso que la resistencia de quien sufre aumenta y su resolución se fortalece. La persona que ve el dolor aprende lo que significa la perseverancia. Y este es el mensaje que quiero dar: los desafíos hacen crecer a las personas y revelan su verdadera fortaleza.
C.M.P.: ¿Alguna de las historias del libro tiene que ver con tu historia personal, es decir con las mujeres de tu entorno? /
Y.A.: Tengo tres hermanas mayores: Müzeyyen, Yasemin y Esra. Pero no, no son las mujeres del libro. Ellas no han vivido un dolor que pueda ser objeto de relatos tan dramáticos. Por supuesto, sea cual sea la vida que toquemos en esta tierra, en este país, surgirá un cuento o una novela. Sin embargo, las mujeres de estas historias, definitivamente, no son personas en mi vida. Los nombres son reales: Belçim, fue una amiga muy íntima y el dolor que experimentó dejó profundas huellas en mí. Quería traer su dolor a la literatura. El nombre Gülistan es más bien un símbolo. Cuenta el sufrimiento de una niña kurda, el drama de una mujer que escapa de una organización terrorista. Al elegir ese nombre, creí que el dolor no se limitaba a una sola persona, sino que era un dolor común en esa geografía y ese pueblo. El nombre Derin (en español Profundo/a) tiene un significado diferente. Me gustaría tener una hija llamada así. De alguna manera estaba involucrado en la historia de ese personaje. Esta es una noveleta o una novela corta, si se quiere. En ella describí un sitio que nunca había visto. Pero después sentí que ese lugar me estaba esperando. Esa experiencia tan vívida me indicó el nombre del personaje.
C.M.P.: ¿Qué repercusión tuvo la publicación del libro? /
Y.A.: Se puso a la venta en plataformas de Internet de todo el mundo y llegó a una amplia audiencia. Fue presentado en Fox TV, hubo reportes de prensa e, igualmente, en la radio. Sin embargo, determinadas circunstancias, como la falta de tiempo, me dificultaron trabajar en su promoción como quería. Aún así, tuvo un gran impacto en mi entorno, especialmente entre mis amigos. Tengo una propuesta para llevarlo al cine o para hacer una serie de televisión, pero todavía no hemos comenzado a trabajar en eso.
C.M.P.: ¿Cómo valoras la situación de la mujer en la sociedad turca actual? /
Y.A.: No me fue posible hacer una declaración directa sobre los derechos de las mujeres y las realidades sociales en mi libro, pero quise abordar la conciencia del dolor y las dificultades que experimentan. El número de asesinadas, la violencia infligida a las que quieren divorciarse, y la situación de las que tienen que pagar un precio sólo por su fertilidad, son una realidad clara. Creo que ser mujer es difícil en Turquía. Como alguien que creció en la cultura oriental, vi esto de cerca. En una geografía donde la electricidad se generalizó en la década de 1950 e Internet en los 2000, el papel social de las féminas, a menudo, puede permanecer en un segundo plano. En Oriente, las mujeres participan más en las tareas del hogar, los asuntos del pueblo, la agricultura y la cría de animales. Sin embargo, considero que son sagradas, porque sufren y enfrentan dificultades. Ellas son bendecidas con el dolor que experimentan o ganan valor en la sociedad después de la muerte. La estructura social y psicológica de Turquía, lamentablemente, sigue siendo insensible a ese dolor. Si bien el asesinato de una mujer puede ser tema de un boletín de noticias, su sufrimiento puede dejar una profunda huella en la sociedad. Como dijo el cantante Ahmet Kaya, si quieres conocer el nivel sociocultural de un país, mira los principales boletines de noticias. Consciente de los traumas y heridas que Turquía ha experimentado en esta área, quise hacerlo el tema central de mi libro. Las mujeres son las personas que más sufren y luchan en esta sociedad y geografía.
C.M.P.: ¿Crees que es importante dar a conocer la historia de las personas que sufren? /
Y.A.: Personalmente, no tengo ninguna intención de distribuir, compartir o alimentarme del dolor. Debido a la estructura emocional y la cultura de la sociedad turca, pensamos que la espiritualidad es alta y nuestra capacidad de empatizar está desarrollada. Esto puede crear conciencia para comprender y ser sensible al sufrimiento de los demás. Sí, en esta geografía se pueden ver acontecimientos como la brutalidad y el terror. Hay prejuicios y lo respeto. Sin embargo, creo que se debe escuchar de alguna manera a quienes vivimos aquí y crear conciencia social. Porque sólo sensibilizándonos ante el dolor podemos prevenirlo. Compartir, aumentar esta conciencia y hacer que las personas concienticen, contribuye a la sanación social.
C.M.P.: ¿Serías capaz de dejarlo todo para dedicarte solamente a la escritura? /
Y.A.: Para mí escribir no es sólo una profesión, es el sentido de mi vida. Sin embargo, también considero la responsabilidad que conlleva dejarlo todo para dedicarme únicamente a la escritura. De esta forma expreso pasión y creatividad, pero es igualmente importante permanecer conectado con otros aspectos de la vida y continuar mi desarrollo personal. A medida que avanzo en el camino de la literatura, quiero mantener el equilibrio sin perder el vínculo con diferentes áreas, como mi familia, mis amigos y el emprendimiento. En este viaje valoro no sólo la escritura, sino también la vida misma.
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