¡LLENOS DEL ESPÍRITU! (Fragmento del Prólogo)

A FINALES DEL AÑO PASADO, MI AMIGO, EL ESCRITOR Y PASTOR ALBERTO GARRIDO, ME SORPRENDIÓ CON LA PETICIÓN DE QUE HICIERA EL PRÓLOGO DEL ENSAYO '¡LLENOS DEL ESPÍRITU!', QUE ACABABA DE ESCRIBIR Y PREPARABA PARA MANDARLO A ILÍADA EDICIONES, DONDE FUE PUBLICADO RECIENTEMENTE. NO SIN TEMOR Y DUDA SOBRE MI CAPACIDAD PARA LOGRARLO, ACEPTÉ; SABIENDO, IGUALMENTE, QUE CONSTITUÍA UN GRAN HONOR QUE MI VALORACIÓN APARECIERA EN UN LIBRO QUE PUEDE MARCAR A CREYENTES DE TODAS PARTES DEL MUNDO Y DE TODAS LAS GENERACIONES, PUES SU ESCRITURA OCURRIÓ BAJO UNA PODEROSA ILUMINACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.
Este libro forma parte de la serie de ensayos sobre la fe, que Garrido comenzó hace poco más de un lustro y ya cuenta con otros tres volúmenes: 'La verdadera batalla del creyente', 'La gloria de la cruz' y 'La gloria de la resurrección', publicados por este mismo sello editorial en 2017, 2018 y 2022, respectivamente. El título y la exhortación fueron tomados de Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.
En 'La verdadera batalla del creyente', su primer ensayo cristiano, Garrido analiza, a la luz de la Biblia, la cruenta pelea espiritual a la que se enfrentan el hombre y la mujer una vez que reciben a Cristo como su Señor y Salvador. Contrario a lo que algunos quieren hacer creer, la vida al servicio de Jesús no es una panacea, sino, más bien, una feroz y cotidiana guerra en contra de las fuerzas del mal que pretenden hacernos retroceder y de las que, con frecuencia, somos aliados sin saberlo. Sin embargo, como afirma la Escritura, la victoria está asegurada. Y así lo expone abiertamente el escritor santiaguero, quien concluye ese volumen inaugural con un esperanzador mensaje: “Corramos la carrera hacia nuestro precioso destino final. Si el diablo nos quiere recordar nuestro pasado, recordémosle su futuro. Él será juzgado y condenado al lago de fuego donde arderá por los siglos de los siglos. Pero nosotros reinaremos y viviremos con Cristo. Nuestra victoria está decretada y nuestra esperanza nos hace afirmar nuestros rostros hacia el cielo, de donde vendrá nuestro Salvador. Cristo, desde el trono celestial, nos ha tomado de la mano. El que muda las edades, el que ve el final desde el principio dice que estamos sentados en los lugares celestiales con Él. Su vida es nuestra vida. Y su victoria, nuestra victoria.”
'La gloria de la cruz', por su parte, es un exhaustivo examen del impacto y trascendencia de la muerte de Jesucristo en el Calvario, no solo para quienes le hemos conocido, sino para toda la humanidad. El libro abre con un capítulo titulado ‘El escándalo de la cruz’, el cual es un excelente preámbulo de las profundidades que a continuación son expuestas, en tanto en este siglo XXI la tendencia es a negar la historicidad y la autenticidad espiritual del sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, aun en congregaciones que se hacen pasar por iglesia. Precisamente en ese comienzo, con mucha valentía, Garrido dice: “El mensaje de la cruz siempre fue inconveniente para el mundo. Pero ahora se está volviendo oprobioso para muchos de los que se hacen llamar apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros. Ellos hablan de un Cristo que no demanda sumisión y obediencia, un dios que es bueno, pero no santo; que es amor, pero no fuego consumidor. Este dios es el demonio del éxito y de la prosperidad, pero no es el Señor de señores, es Mammón pero no Cristo”.
'La gloria de la resurrección', es una esperada continuidad del ensayo anterior, pues no podríamos entender la obra completa de Cristo si nos quedáramos parados en el hecho histórico de su crucifixión. Este volumen está dividido en dos partes: ‘La resurrección de Cristo’ y ‘Nuestra resurrección’, y como sus predecesores, es un hermoso llamado al creyente para que crea las verdades de la Biblia y no se deje engatusar por las perturbadoras voces que a modo de predicación inundan los púlpitos, los medios de comunicación, y las redes sociales. En el capítulo 16: ‘La expectación por el regreso de Cristo’, el autor denuncia: “El regreso de Cristo es motivo de burla para los impíos, pero últimamente también está siendo motivo de duda para muchos profesantes de la fe en el cristianismo. Nos encontramos a cristianos liberales, diciendo que Cristo se equivocó cuando habló de su regreso, que su parusía o manifestación se ha retrasado, por lo que también los apostoles Pablo, Pedro y Juan erraron cuando hablaron de la cercanía de su regreso y, si ellos fallaron, no deberíamos confiar en la veracidad y fidelidad de las promesas de Dios”. Pero en la conclusión nos alienta: “La gloria de la resurrección nos espera. ‘Ningún ojo ha visto, ningún ojo ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman’ (1 Co. 2:9). Con esta certeza peleemos la buena batalla de la fe, porque somos más que vencedores. Preparemos nuestros corazones para el grandioso encuentro”.
'¡Llenos de Espíritu!', hubiera podido titularse también 'La gloria del Espíritu', para darle continuidad a los nombres de los ensayos precedentes. Sin embargo, titularlo de este modo transmite un mensaje, si se quiere, más completo y ajustado al contenido del libro. Y es que solo si permitimos que el Espíritu Santo nos llene, como demanda la Palabra, podremos glorificarlo como merece. Darle gloria a la Tercera Persona de la Trinidad, es muchísimo más que levantar nuestras manos y entonar himnos y alabanzas durante la sesión inicial de los servicios en la iglesia. Se trata de un estilo de vida de acuerdo a las Escrituras: una vida que demuestre la llenura total del Espíritu. No una impostura, no un teatro; sino una experiencia auténtica, genuina, única, como solo puede ser cuando mantenemos una relación sincera y directa con el Otro Consolador. Y eso es lo que plantea Garrido en este volumen. El lector podría decir, a priori, “eso ya lo sé”. Y posiblemente sea cierto. Sin embargo, tenemos una mala noticia: la tibieza y frialdad que se vive en la iglesia de la actual centuria es, precisamente, porque aun sabiéndolo muchas veces, el pueblo de Cristo no procura una relación íntima con el Espíritu de Dios. Incluso, más alarmante todavía, con frecuencia lo ignoramos deliberadamente, o pretendemos reemplazarlo con prácticas humanas que nos hacen sentir felices y complacidos, pero que son abominables delante del Señor. En este contexto la voz de Garrido deviene profética. La Biblia da cuenta de que los profetas de Israel hablaban a un pueblo que supuestamente conocía la Ley, mas no la vivía. En estos días, Dios sigue levantando hombres que son capaces de ver la condición espiritual de la iglesia y se dejan usar por Él para hacer un llamado al arrepentimiento, a la reconciliación y al avivamiento. De hecho, este libro, aunque puede tocar el corazón de un inconverso, hacerlo reflexionar sobre su condición de muerte y ayudarlo a venir a Jesús, está dirigido en primera instancia al cuerpo de Cristo. Por eso, antes de ir a temas relacionados con nuestra vida en el Espíritu, el autor repasa aspectos importantes de la doctrina del Espíritu Santo, sin el conocimiento de los cuales no podríamos entender tampoco por qué hemos de procurar ser llenos de Él. Y sentadas esas bases, entonces se adentra en el análisis de cómo deberíamos vivir, según lo que dice la Biblia. Si se quiere, todo lo que hace Garrido es interpretar fielmente y de manera sistemática, lo que dicen las Escrituras. Y ese es uno de los grandes méritos de este libro, a mi entender. A veces, aunque estudiamos el mensaje divino e, incluso, lo recitamos, necesitamos de pastores y maestros que iluminen su interpretación. Y, reitero, así como el escritor fue iluminado para redactar sus otros ensayos, también lo fue para este. En tiempos en que la lectura se ha convertido en un lujo, leer ¡Llenos del Espíritu!, es una bendición. La claridad y coherencia con que son expuestos los temas, despertarán en el lector el ansia por continuar leyendo. Y en la medida que lo haga, el hambre por las Escrituras y por la llenura total del Espíritu, se apoderará de él. Nadie podrá quedar indiferente ante este ensayo. Algo se va a activar en el corazón del creyente, su experiencia cristiana va a tomar matices nuevos. La rutina, la modorra, la frialdad y la tibieza van a ser echadas fuera. Una activación del llamado y de los dones, de la oración y la búsqueda del rostro de Jesús, va a ocurrir. ¡Un avivamiento va a llegar a la vida del hombre y de la mujer de fe! Tanto en este como en los otros tres libros ya mencionados, Garrido hace una valiente denuncia de corrientes contemporáneas que pervierten el Evangelio. Son los falsos maestros que los apóstoles primeramente denunciaron en sus epístolas, y que a lo largo de los siglos han ido metamorfoseando su manera de actuar, proyectarse y engañar. Hoy pululan tomando las mentes de muchos que tienen comezón de oír, como escribiera Pablo. Finalmente, deseo destacar dos dones de la ensayística de Garrido: 1ro.) A diferencia de muchos libros donde los autores, en su afán de hacer gala de su gran conocimiento y de la revelación recibida, enrarecen el mensaje y hacen pesada la lectura, el escritor y pastor cubano comunica con sorprendente facilidad el mensaje, permitiendo que temas a veces difíciles de exponer lleguen con claridad y fluidez al lector. Esto hace que la lectura sea tan emocionante como motivante. 2do.) La verdadera batalla del creyente, La gloria de la cruz, La gloria de la resurrección, y ahora ¡Llenos del Espíritu!, son una cátedra de temas imprescindibles de la Biblia. Todo estudioso de las Escrituras debería tenerlos en su biblioteca, toda biblioteca cristiana debería tenerlos en sus anaqueles, los institutos bíblicos y las universidades cristianas deberían incluirlos en sus currículos, las librerías cristianas deberían ofrecerlos a sus clientes. Y uno tercero: Aunque posee un testimonio personal de gran valor e impacto, lo comparte con humildad y mesura en sus libros. Su propósito no es auto exaltarse, ni darse a conocer como alguien que es usado de manera hermosa por Dios, aunque podría ser válido que lo hiciera. Su objetivo es glorificar y exaltar al único que lo merece, a nuestro Señor Jesucristo. La invitación para la lectura está hecha. Oro por que experimentes el mayor avivamiento de tu vida como cristiano o cristiana, y le doy gracias a Dios por eso. Y a la manera en que Garrido cierra este libro: ¡Sean todos llenos del Espíritu Santo!

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