ESTE VERANO VISITÉ EUROPA POR PRIMERA VEZ. EN SOLO DOS SEMANAS PISÉ SUELO PORTUGUÉS, ESPAÑOL, SUIZO, FRANCÉS E ITALIANO.
Europa es más de lo que había imaginado, leído y visto. Visitarla este verano fue una experiencia para recordar por siempre. El calor abrasador y alguna que otra desavenencia, no menoscabaron la emoción que sentí en cada país y ciudad que visité. De hecho, debo volver a algunos lugares para completar el itinerario que considero inconcluso. Una ciudad no se conoce en un par de días o una semana. Un país no se conoce por una ciudad.
El Viejo Continente no estaba entre mis prioridades. Mas no me arrepiento de haberme saltado los primeros sitios de mi lista personal. El plan para este año era India, donde tengo amigos con quienes encontrarme, y una rica y complicada cultura que conocer in situ. La cancelación de ese proyecto fue lo que me permitió pisar cinco países de la Unión Europea en un par de semanas.
Viajé con el mismo equipo con el que fuí a Turquía en el 2021. El propósito original era Ginebra. La búsqueda de boletos de avión económicos (¿la justificación?) nos propició entrar por Lisboa, donde estuvimos tres noches, y regresar por Roma. Pero antes de llegar a la atractiva ciudad suiza donde radican las oficinas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), pasamos dos noches en Barcelona. Y mientras estuvimos en Ginebra, dormimos en Vétraz-Monthoux, una pequeña localidad del municipio de Rhone-Alpes, Francia, colindante con Suiza.
(CONTINUARÁ)
EL PEQUEÑO PAÍS DE LA COSTA OCCIDENTAL AFRICANA, FUE MI DESTINO ESTE VERANO, Y ME ENCONTRÉ CON UNA NACIÓN VIBRANTE Y LLENA DE CONTRASTES. Visitar África no era mi prioridad, otros destinos suelen serme más tentadores y estar más relacionados con mis intereses de conocimiento. Pero sin proponérmelo, el 2025 ha devenido el año de la familia. Primero visité a los míos en Cuba, en abril. Un viaje amargo por las infaustas condiciones que se viven allá. Ni la alegría de compartir con mi anciana madre y demás miembros del clan que permanecen en la Isla, logró espantar la depresión feroz que me atacó y me hizo sentir interminables las dos semanas entre ellos. La oscuridad cubana es más espiritual que física. Ese es el gran éxito de la dictadura: hundir al país en una noche profunda e indescriptiblemente agobiante. Y parte de ello es la consciente división de las familias: nos echaron fuera. Los cubanos andamos dispersos por todos lados. Y a Gambia, el primer país africano que visito, me l...
Comentarios
Publicar un comentario