El verano pasado, cuando buscaba una música adecuada para un video sobre la ciudad de Salamanca, España, encontré una canción tradicional titulada “Salamanca la blanca”. Esta hace referencia a una de las realidades históricas locales: los carboneros que otrora sustentaban la villa y que cuando regresaban a sus hogares con sus ropas y cuerpos manchados de negro, contrastaban con la blancura de los majestuosos edificios de piedra. Después de una semana allí, y de regreso en Madrid, conocí en persona a la escritora cubana Lucy Araujo, radicada en esa metrópoli. Al compartirle mi experiencia salmantina, me comentó que vivió un invierno en aquella localidad y que quedó tan impresionada que escribió un poema titulado “Salamanca la blanca”. Rápidamente le pregunté si conocía la canción de igual nombre, y al asegurarme que no, pasé a ser yo el sorprendido. Luego supe que tal apelativo tiene explicaciones fundamentadas a través de los tiempos. Valga señalar que a pesar de la coincidencia de ...
(PROVERBIOS 4:23)