Con estupor leí la noticia difundida esta semana, donde se decía de una encuesta -de las tantas que continuamente se realizan en este país-, según la cual el presidente Barack Obama, es más popular entre los norteamericanos que Jesucristo. Realizada por HarrisInteractive, entre dos mil 634 adultos, cuando se les solicitó un listado en orden descendente de sus héroes, estos relegaron a un segundo plano al Hijo de Dios para citar en primer lugar al mandatario estrenado el pasado 20 de enero. Más allá de la popularidad ascendente del afro que cambió la historia al ocupar un sitio reservado hasta hace poco solo para individuos de la raza blanca, el resultado de dicha pesquisa habla del lamentable estado espiritual de una nación nacida sobre bases cristianas. Me vienen a la mente las palabras del evangelista internacional Josué Yrion, a quien escuché disertar hace un tiempo atrás acerca de este tema. Entonces decía que si todavía el Señor sostiene con Su misericordia a los Estados Unidos, e...
(PROVERBIOS 4:23)