La historia según Tarantino

Acabada de estrenar en los Estados Unidos, luego de una tibia acogida en Cannes ’09, el más reciente filme del polémico Quentin Tarantino, ‘Inglorious Basterds’, nos remite a la Francia de la Segunda Guerra Mundial, ocupada por los nazis.
Con el nombre estelar de Brad Pitt a la cabeza del reparto de actores, a pesar de que la suya no es la actuación más brillante, la película está estructurada en capítulos donde se cuentan dos historias que se anudan al final para llevar la ópera a su clímax.
Una de las historias es la de Shosanna Dreyfus, encarnada por la bellísima actriz francesa Melanie Laurent, quien al inicio de la cinta escapa de la muerte a manos del cruel e inteligente oficial SS Hans Landa (Christoph Waltz), y luego reaparece en París como propietaria de un cine donde tendrá lugar el momento culminante de la creación del autor de ‘Reservoir Dogs’ (1992).
(MELANIE lAURENT COMO SHOSANNA DREYFUS)
La otra historia es la del grupo suicida judío-americano “Los Bastardos”, cuyo jefe es Aldo Raine (Brad Pitt), que tenía la misión de infiltrar la jerarquía hitleriana en la capital francesa y ejecutar a cuanto alemán pudiera capturar.
A lo largo de casi dos horas y media, Tarantino, quien también escribió el guión, hace lo que acostumbra Hollywood: reinventar la realidad de modo que el sueño del espectador se realice, poniendo en lugar especial, por supuesto, la figura del americano.
En este caso el nazismo queda descabezado en el cine parisino de Shosanna, lugar de estreno de una producción aupada por Joseph Goebbels, el gran creador de la maquinaria propagandística alemana, acompañado en su balcón nada más y nada menos que por el mismísimo Adolf Hitler.
Precisamente esa parte del atentado en la sala cinematográfica, donde sin previo acuerdo se combinan las intenciones de Shosanna y “Los Bastardos” de fulminar el alto mando alemán, es la que hace endeble y truculenta la obra.
¿Quién podrá creer que en la presencia del Führer y de su segundo, Goebbels, la guardia de seguridad iba estar tan distraída para permitir a “Los Bastardos” y a Shosanna con su cómplice actuar libremente?
Pero, en fin, soñar no está prohibido, solemos decir en situaciones como estas, y sin dudas Tarantino se dejó llevar por su vasta imaginación y supongo que por un recóndito odio al nazismo, hasta el extremo de reconstruir la historia a su manera.
Aun así resulta entretenido ver ‘Inglourious Basterds’, que no deja de estar bien hecha desde el punto de vista técnico, con una narración sostenida y entretejida de forma elegante, con buena dosis de violencia (de lo contrario dudaríamos quien es el autor), y con actuaciones destacables como las del austriaco Christoph Waltz, la bellísima (reitero) Melanie Laurent y la alemana Diane Kruger.

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